La realidad imperfecta

Versos, inspiraciones, historias y desastres naturales.

Cerca y cada vez más cerca

Ha pasado poco más de un año de la última vez que escribí algo. Muchas cosas han pasado, comencé una relación y me siento extremadamente feliz con la chica con la que estoy, como quizá en años o nunca me he sentido.

Mi banda se mantiene viva gracias a que sí existe gente que cree en la propuesta y que ha adoptado que también es su sueño (O siempre lo fue). Lamentablemente gente tuvo que irse, mi buen amigo Gus, quien desarrolló un problema fuerte de alcoholismo y mitomanía lo cual hizo imposible seguir, al grado de ni siquiera requerirlo en las sesiones de grabación; Froy, por su parte, decidió que no tendría tiempo para el proyecto y no dar ni un centavo por él, pero si alguna oportunidad buena se aparecía, con todo gusto tocaría; Mario con quien cada vez era más imposible tocar, grabar o siquiera platicar, nuestra diferencia de edades y su complejo de inferioridad ante su “lugar” en el rock me tenían en un conflicto de que “yo no quiero vivir lo que él vivió, ni de esa forma”, léase: quiero triunfar. El año ante-pasado (2015) se trató de revivir y de inyectarle de nuevo la magia que sentía al inicio y que lentamente se fue desvaneciendo.

Afortunadamente conocí a Mafer a través del universo y esa magia regresó, me encantó su voz, la actitud que tenía y esas ganas y hambre de comerse al mundo, aunque tuvo que verse alentada por tener que ensayar las canciones viejas, componer cosas nuevas en el camino y empezar en ese camino obscuro que era grabar un EP. Ahora tenemos nuestros propios planes de vida, que incluyen a la banda y en el inter, hemos escrito ya un par de canciones completamente nuevas, que reflejan mucho de lo que estamos viviendo, las que vienen serán aún mejores.

Éste año se unió a mi vida Rubén, quien no solo se convirtió en el mejor baterista con el que he tocado, si no en un gran amigo quien le entró con todas las ganas a levantar un proyecto desde sus cimientos. Las pocas veces que hemos coqueteado a componer algo nuevo juntos ha tenido excelentes frutos, tenemos muchas de las mismas influencias e ideas y cuando diferenciamos se crea una buena mezcla, junto con Mafer.

Al irse Froy inmediatamente entró Pablo, quien es exnovio de una mujer que a mi me hizo mucho daño y al parecer a él también. Afortunadamente nuestras diferencias y rencores están hechos a un lado para tocar o ser compañeros de trabajo. Quizás Pablo no esté todo el tiempo con nosotros, pero ha demostrado un profesionalismo e interés que nunca vi en Froy.

Mi vida ahora toma un giro interesante, pues estoy terminando mi tésis y en eso, cerrando el ciclo de esas aventuras que empezaron desde Mayo 2015 y culminaron con la entrega del mastering final en Noviembre 2016. A la fecha ha sido el disco más intenso, más complejo y más cuidado que he hecho, ni las canciones que he escrito y producido para Belinda tienen ese nivel de cuidado (Lo cual es decir mucho, porque esas canciones las hago con cuidado nuclear, imagínense éstas).

Titulé al disco Crónicas.

Crónicas de todas las vivencias que tuve con la vieja banda componiendo los temas en la casa de Chizpa y luego retrabajándolas en mi casa hasta que me gustaran. Las crónicas de Sabina, Andrea, Azul y ese par de veces donde el corazón se me rompió sin siquiera tener un aviso de advertencia. Crónicas de cómo hacer un disco de cero en un año y no morir en el intento, sólo retrasarte 6 meses en el proceso.

A la fecha, si muero mañana, será mi legado al mundo y estoy muy feliz que así sea, no hay una nota, un solo, una voz o una tarola que no haya quedado como yo quise. Hice el disco que quise con las personas correctas, aunque eso me tomara haber estado con las incorrectas y esperar hasta encontrar.

Me aterra y me emociona que salga el disco éste año. Será la primera vez en 5 años que por fin me desapego de la necesidad de seguir arreglando, seguir ensayando y componiendo las mismas canciones, aunque hiciéramos otras entre esas. Me aterra porque significa que tengo que superarme con el nuevo material y hacerlo 300% mejor que éste, por más bueno y personal que haya sido.

Éste año me espera con muchas sesiones de composición, de re-escribir letras, melodías y hacer (de nuevo) el disco más interesante, personal, pesado, sentimental, rápido e innovador que alguna vez haya soñado, estoy listo para esa aventura.

Infierno

He vendido mi alma demasiadas veces, ya he visto las tantas caras del diablo, he ligado con la muerte en vida. Un par de días con el infierno en carne no me demolerán, unos momentos más donde esta realidad imperfecta me destruya la razón. 
Temo perder su razón de amor, perder lo que nos hace ser “nos”, la confianza de pasar una noche lejos sin pensar en que sus labios podrían compartir dueño, que su piel podría ser rozada por otras manos. Que se vaya y que nuevamente tenga que rezagarme a ser un ser en pena con un hueco en el pecho, ser un individuo que ha perdido toda la fe. 

El miedo me lleva a tener acciones estupidas, pensamientos impuros y mentalidades desgastantes; el temor de regresar al infierno y ver la representación de mis odios y temores en un ser que yo mismo he creado a través del tiempo y mis errores. 

La obscuridad me asecha a cada segundo que dudo de mi propio amor, dudar si acaso  vale la pena el dolor subconsciente de su falta, esa inconformidad física de la incertidumbre respecto al futuro y tanto que muchos años negué sentir cariño y amor por prevenir ser lastimado de nuevo. 

El amor vale la pena el infierno. Vale la pena negar ciertos dolores y molestias para poder llegar a estar con quien sientes compartir. Poder llegar a ese abismo de fuego y dar por desapercibido ese ser creado a base de temores y falta de confianza a sentimientos que a veces están rotos. 

Aunque a veces el amor no es suficiente. No es suficiente amar para poder estar con alguien, hay cosas que deben ser sacrificadas y otras que deben de ser superadas para poder compartir el tiempo que es destinado, sean meses o muchos años o pocos días. 

Quisiera creer que esta vez el amor es suficiente para superar mi infierno mental y escapar de todo lo que me persigue desde cierto tiempo atrás. 

Hartazgo

Siempre he sido de la idea que una decisión alocada no se toma en el momento, llevas mucho tiempo fantaseándola que sabes cómo lo harás y la razón muy profunda de por qué lo haces. Cuando quieres cortar con alguien no es un impulso de un momento, llevas semanas, meses o días soñando con la idea de ser libre, pero no sabes cómo hacerlo, hasta que encuentras una salida fácil y barata donde parece que todo puede ser salvado, pero en la mente te despediste hace mucho tiempo de esa idea.

Me aburro y me da miedo todo muy fácilmente. Llega un punto donde deja de interesarme la mierda que alguien pudiera hacer y dejo que solito el río tome su curso; que se den cuenta que dejé de darle importancia o me odien tanto que decidan ellos mismos alejarse por su cuenta, no me gusta ser el malo de la película, prefiero ser el antagonista.

Tengo tanto terror al cambio y a las cosas nuevas que me aferro a elementos de mi pasado hasta que los exprimo y hago que solitos decidan irse, yo no les haré la buena obra de irme por mi propia cuenta. Me da miedo conocer a gente nueva “Y si no les caigo bien?””Y si creen que estoy gordo/feo?” ; en cuanto conozco a alguien que sé que no me juzga me abalanzo buscando un amigo nuevo, un prospecto amoroso nuevo o alguien en quien pueda depositar mi confianza después de haber sido tantas veces traicionado y olvidado, por gente en quien tenía todo invertido; pero esa es otra historia.

Estoy harto de mi trabajo, de mi casa (no la gente dentro, si no el lugar en si), de la escuela, de la gente tóxica que miente con la mirada para decir un “hola”. Estoy tan, pero tan harto que estoy dispuesto a alejarlos a mi propio puño, si es necesario más, que así sea. No pretendo permitir que más gente pisotee lo que me cuesta mucho conseguir.

Lamentablemente, en muchas otras cosas ya me rendí y solo muestro pequeños destellos de sentimiento para no parecer un imbecil, pero hace mucho que dejé de preocuparme si siguen ahi o no al final del día.

Tres veces

Sólo tres veces en mi vida he sentido algo indescriptible con tan solo mirar a alguien a los ojos.

La primera fue cuando tenía 13 años y fue mi primer o segunda semana de la secundaria. El salon 101 en la escuela Logos. Recuerdo que era tan raro ver caras nuevas (a las que vería los siguientes 6 años en la mayoría de los casos) pero hubo uno en particular que jamás podré olvidar. Sabina era tan preciosa que con tan sólo verla me quedé inmutado. Debo de tener fotos, videos y cartas y demás textos de esos años. Ya no sé de ella.

La segunda vez fue a los 16 años en un bar en la condesa llamado Mexinaco. Tocaba por primera vez Uomo Caslingo (banda a la que produje su primer disco) y mi mejor amigo Mateo llevaba una chica para que pudiera pavonearse y ligársela. La vi y no pude quitarle la mirada de encima por horas. Llegué a hablarle e hicimos click de inmediato. El problema de enamorarme de Ana fue que me causó tantos problemas con mis amigos en ese entonces que me costó años poder regresar a como estábamos. He pasado con ella tantos buenos momentos y parece que aún más.

La tercera vez ya tenía 19 años. Iba a grabar una sesión acústica con mi difunta banda Hora Cero y requería una chica de tecladista (o chico, btw). Froy le había dicho a una de sus amigas, pero al no responder llevó a otro chico para suplirla. Al final si llegó y jamás podré quitarme de la cabeza su mirada sin preocupaciones, sus abrazos que jamás te querían soltar, sus ojos, su boca, sus cejas, sus manos. Ale me dejó sin aliento al segundo de verla, al segundo de saber de su existencia. No tengo idea qué ha sucedido y por qué ya no hablamos.

¿Y cual será a quien debo perseguir realmente? ¿O aún no llega y debo esperar a conocer a alguien para jamás dejarla ir?

Mejor dejaré de ver Benjamin Button y ponerme todo cursi y sentimental.

Noche de Diciembre

¿Quien eres que no te olvido? La soberbia de recordarte me torna distante al querer volver a mi realidad.

Me fuí. Tú huiste. No puedo dejar de pensar en esa boca tuya de 19 años que me buscaba en la obscuridad temerosa. No paro de remembrar tus manos temblorosas debajo de las sábanas con pánico de intentar.

Ya han pasado casi 700 días desde que no sé de ti, de los cuales te he dejado de pensar un centenar, pero regresas de nuevo como una pesadilla que busca aterrarme en sueños, pero solo logra hacer que recuerdos mueran y recuerdos regresen. A la fecha, podría describirte a la perfección el día en el que te conocí, podría incluso recitar palabra a palabra alguna cita que hayamos tenido o alguna cena/desayuno/comida que compartiéramos. No recuerdo las últimas semanas contigo, ¿sería que ya no soportaba estar contigo que inclusive provoqué inconscientemente que te alejaras de mi?

Hoy siento nostalgia por esa chica de 13 años de la que me enamoré. Extraño a mi yo de 13 años que creía que tu eras todo el universo completo. Siento tristeza de que jamás volveré a sentirme así, contigo ni con nadie. El amor más puro te marca para toda la vida y te persigue por toda la eternidad. Aprendí a amarte, a hacer que me amaras, a tener el autoestima suficiente para dejarte ir y poder enamorarme de alguien más, pero nadie como tú.

No entiendo qué carajos idealicé tanto de ti que no puedo borrarte tan fácil de mi cerebro.

Quizás tanto tiempo lejos me ha hecho olvidar las cosas que aborrecía de ti y seguramente tu has de tener más de mi. Ahora solo pienso en lo mucho que extraño hablar contigo, de poder saber qué demonios te sucede. Pero yo no existo más para ti. Jamás existí, claramente.

Nunca pude ser más allá del amigo, del confidente, del amante. Jamás tu verdadero enamorado, como si no fuera lo suficientemente digno para merecerte, cosa que tu solías decir y decir cuando me fallaba alguna aventura del corazón. Jamás fui musculoso, galante, activista, matemático o inclusive un completo imbécil; quizás era demasiado inmaculado para poder hacerte sentir esa sensación de peligro que los demás sí, jamás lo sabré.

Estoy harto de sentir nostalgia. Estoy harto de que sigas existiendo y tu no puedas desaparecer de mi vida. Fuiste algo importante en mi vida, quizás la mujer (sin ser mi madre) que más he amado, pero ya no puedo seguirte amando. Ya me cansé de no parar de amar tu recuerdo, de cada minuto vivido en 7 años que te conocí y traté, de cada aventura que acabó bien y de cada otra que acabó mal. Estoy harto de ti.

Hoy doy vuelta a la página, hoy declaro que no escribiré más de ti, no hablaré de ti a mis amigos, no más buscar que alguien me cuente como estás. Ya no. Me despido de todas y cada una de tus iteraciones en mi mente, es hora de dejar de aferrarme a un recuerdo que jamás, jamás volverá.

Te guardo en mi cajón de los recuerdos, con tus cartas y tus notas. Si algún día lo abro, salúdame como viejos amigos y dame el mejor recuerdo que tengas de los dos. Hasta luego.

Ajeno

Cierro mis ojos para tratar de evadir ésta realidad que se ha vuelto bastarda. Me siento tan ajeno a mi, tan ajeno a mi hogar, mi familia, mis amigos, que cada que quiero entablar una conversación para recordar que no estoy loco, no puedo regresar, no puedo caer en cuenta que todo es más que una tontería hecha en mi cabeza.

Regresar a casa implica no poder tener mis cosas donde deberían, todo está empacado y no pretendo irme. Ir hacia la escuela significa hablar y ver a varias personas de las que estoy muy seguro que les importa un cacahuate lo que quiero decir o mi propio discurso. Estar viendo a una chica que me gusta, pero que obviamente jamás podremos ser nada más, aunque el deseo sexual exceda aveces demasiado.

Los amigos se sienten lejanos, como si sólo pareciera que les importase lo que ellos sufren y no lo que uno pueda estar sintiendo. ¿Dónde queda esa simpatía por la cual nos amistamos?

Me gustaría por un momento sentirme cómodo con lo que tengo, pero cada vez sé y siento que merezco algo mejor y que eso me espera. El asunto es tener la paciencia hasta que eso ocurra.

Insomnios

A veces recuerdo tu silueta en cada noche de soledad, recuerdo tantas oportunidades fallidas a poder besarte, tocarte e incluso poder decir cuán bonita o interesante me pareciste. Hay pocas veces en las que logró recordar explícitamente tu aroma, otras en las que recuerdo la textura de tu piel cada que te acariciaba y cada vez menos, tu voz y tu forma de ser tan tú conmigo. Jamás olvidaré esa vez que te dije que te daría una sorpresa y cerrarás los ojos. ¿Esperabas un beso? ¿Y si te lo hubiera dado donde estaríamos ahora?

Pocas cosas me torturan tanto como suponer lo que hubiera ocurrido. Quizás no hubiéramos pasado Navidad separados y hablándonos cada 3 horas. Quizás no habrías salido con tanto imbéciles que sólo querían acostarse contigo y mucho menos te habrías acostado con ellos esperando que en verdad te quisieran. No sólo fue esa la única oportunidad.

Cuando fuimos a la sorpresa que te di, me mirabas esperando una acción. Tenía miedo de arruinar el momento y no te besé. Aún así, esa noche podía acabar con ambos besándonos o inclusive más. Te habría hecho el amor esa misma noche de no ser que ambos nos acobardamos y ya no pudimos seguir cortejandonos. A veces pienso en esos momentos, en esas caricias, esas veces que nos tomamos de la mano y llamábamos a más y jamás dimos ese paso.

¿Y si hubiera confesado mi obvio enamoramiento a ti, que estaríamos haciendo ahora? ¿Estaría yo quejumbroso en mi cama pensándote o estarías juntó a mi abrazandome? ¿estaría sólo recordando lo que fuimos o apenas colgaría el teléfono después de hablar horas contigo?

Eras una fantasía que me encantaba recurrir, inclusive a la fecha eres de mis sueños más locos e inalcanzables. Quizás porque fuiste el más cercano de cumplir y aún así, tuve miedo de volverte realidad.

La verdad, aunque hay días donde tu recuerdo y lamento es fresco aún, otros días no recuerdo siquiera quien eres, tu nombre no tiene significado, no hay un trasfondo y mucho menos una historia que valga la pena remarcar.

Hoy definitivamente, es todo lo contrario.

Y todo lo que pudo ser

A veces las sonrisas se desvanecen con el tiempo
A veces basta sólo un caminar para no voltear más
A veces un sueño se vuelve imposible de cumplir
A veces un abrazo te manda directo a un recuerdo

Aludo tu comisura de terciopelo
Deseo esa caricia perdida en despedidas
Pienso en todas las veces fuimos uno
Y en cada momento donde todo pudo ser

Es una marejada de ideas sobre quienes fuimos
Estar dentro de un prisma de opciones nulas
De muertes inesperadas, de carisma asfixiado
Una simple sonrisa que ilumina la nada

Sin volver a escuchar tu voz

Tengo miedo de un día despertar y encontrarme en un mundo lleno de un silencio que exclama tu partir. Temo por darme cuenta que te has ido, que no volverás a ignorar mis miradas buscándote en la penumbra. No quiero vivir en una realidad donde no existas más y no tener la oportunidad de volverte a hablar.

Te marchaste sin decir adiós, con un eco de repudio persiguiendo cada recuerdo que tenía de ti. Te odié, te extrañé, te volví a amar y te volví a tener hastío. Todo con suposiciones, con ilusiones, mentiras, verdades e imposiciones de lo que creo que eras tú.

Sueño repetidamente con el momento en el que por fin logremos volver a entablar una conversación y se nos olviden los días desolados sin intercambiar un aliento, quizás no ocurra. Quizás cada vez se aleje más esa visión y se quede como una idea perdida entre un mar de confusiones y deseos que nunca ocurrirán.

Eres mi deseo más frustrado.

Cada día me acerco más a ese momento, en el que despertaré y alguien fríamente me dirá que ya no estás aquí, mientras una indiferencia toma mi conciencia y muere una parte de lo que ha sido mi vida. Tiempo después lamentaré jamás haber vuelto a sufrir junto a ti, a que sufras junto a mi, a llorar juntos, a reír juntos, tomarnos las manos mientras vemos una película, sacar a pasear al perro, fumar, platicar toda la noche.

Jamás te volvería a leer un cuento antes de dormir, jamás volvería a abrazarte en una noche de frío. No volvería a guardar un secreto tuyo, ni tu uno mío, mucho menos uno nuestro. No volvería a sentir celos de quien te corteje, ni tu a quien yo pretenda.

Terror sería que no volvieses a contestar tu teléfono y con tu entusiasta y a veces cansada voz respondieras mi nombre.

Pero lo que más, más me asusta es que ahora que has dicho adiós silenciosamente, no tenga la oportunidad de pedirte perdón y que podamos empezar de nuevo.

Aunque no leas esto jamás, lo siento mucho.

Palabras sin sentido

Tanto tiempo sin escribir sobre lo que ocurre en el exterior. La muerte de Rogelio no me ha dejado mas que ser más nostálgico de lo que ya era. Extraño las risas, los comentarios, los abrazos, a veces inclusive todo pareciera ser un sueño que terminó mal, pero como en todo sueño llega el tiempo de enfrentar la realidad. A ya casi dos meses de su ida aún lo quiero como si no se hubiera marchado; te extraño amigo.

Las cosas cambian tan rápido en dos meses. La mitad de mi banda decidió irse para hacer más cosas, quizás simplemente ya no les gustaba la música o quizás mi aprehensión a mis nuevas cosas y falta de muestra hayan hecho creer que ya no había más cosas .. pero bueno, estamos en stand by por el momento. Aunque yo hago música en mi casa sólo, pero tengo un bloqueo a hacer cosas completas, sólo tengo pedazos y canciones viejas que ya no sé si me gustan o sólo me acostumbré a ellas. En fin, la cosa va fluyendo aunque nadie parece tener tiempo de trabajar sobre eso, quizás debería hacer algo yo con toda esa música, el tiempo lo dirá.

Dos meses en los que avancé producciones que quise mostrarte Roger, pero seguro desde el cielo (o donde sea que estés, grandulón) ya lo oíste y si no se me ha quemado nada ni perdido un archivo es porque está bien. Quiero hacer duetos y mil colaboraciones, pero me parece que hay un límite, pero no lo quiero descubrir aún 😛

Redescubrí amores inconclusos, conocí personas increíbles, amigos que no quiero darme la desgracia de perder, una chica que es tan increíble y me asusta que me guste tanto a tan poco tiempo de conocerla, el tiempo lo dirá, pero las cosas cambian al estar con ella … en fin.

He estado queriendo escribir más, pero cada que empieza un texto decido borrar todo, recuerdos tristes, bonitos y realidades absurdas se ponen frente a mi y me nublan para seguir lo que quiero terminar, hoy no es el caso.

Por más que te extrañe, sé que no volverás, pero ahora serás mi compañero de escritura y mi sensei en esas noches donde ya no sé que más hacer.

Tantas veces te extrañaré, tantas veces estaré enojado porque no estás, pero gracias por escucharme aunque sea esta ocasión que te tienes que ir de nuevo.